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A todo el mundo le gusta la fruta madura, al contrario de lo que ocurre con la carne y y hortalizas que les gustan tiernas (inmaduras).
Normalmente, tienes que dejar madurar la fruta en casa antes de consumirla porque se vende verde.
Sólo consigues que algunas frutas maduren pero otras no: este hecho está relacionado con la capacidad de las frutas para madurar una vez recolectadas.
Es decir, hay frutas que pueden madurar fuera de la planta donde han crecido y frutas que no pueden madurar fuera de ella.
Aquí está el quid de la cuestión: saber distinguir entre estas frutas y comprarla en las condiciones más apropiadas para su consumo.
En qué consiste la maduración de la fruta
La maduración es el proceso por el cual las frutas alcanzan sus características sensoriales finales.
Pasan de ser agrias, muy astringentes (ásperas) y de color verde a desplegar los colores, olores y sabores que las hacen tan atractivas.
En las primeras fases del desarrollo
La fruta acumula en sus células savia acuosa que contiene:
vitaminas, minerales, azúcares sencillos (fructosa, glucosa), gránulos de almidón y sustancias de defensa como alcaloides (venenosos) y taninos (astringentes).
Al final del desarrollo
En la fruta se producen cambios bioquímicos como:
- El almidón se desdobla en moléculas más sencillas, aumentando el sabor dulce.
- Hidratos de carbono como la pectina y celulosa (que dan firmeza) se descomponen haciendo que los tejidos celulares se ablanden.
- Aparecen compuestos sápidos y aromáticos y desaparecen las sustancias tóxicas que antes eran para defensa.
- También el color externo de la fruta cambia: disminuye la clorofila y aparecen pigmentos de tonos amarillos y rojos que las hace más llamativas.
Todos estos cambios se deben a la actuación de una serie de enzimas que a su vez están coordinadas por una especie de hormona que es el etileno.
Dos formas diferentes de madurar
Hay frutas que maduran progresivamente hasta alcanzar el punto de sazón y otras que interrumpen la maduración para luego, de manera explosiva, completar el proceso.
Atendiendo a este comportamiento las frutas se clasifican en dos grupos: frutas no climatéricas y frutas climatéricas respectivamente.
Frutas no climatéricas
Son las que maduran poco a poco, y se deben recoger en el momento óptimo de maduración.
Las frutas no climatéricas no maduran fuera de la planta una vez que han sido recolectadas.
Cuando compras este tipo de frutas no maduran más: no se volverán más dulces, sólo envejecerán porque irán perdiendo agua y nutrientes.
Las frutas no climatéricas son: naranja, lima, limón, pomelo, cerezas, fresas, piña y uvas.
Frutas climatéricas
La maduración de las frutas climatéricas se produce en dos etapas:
- Una de maduración continua que se detiene, porque la fruta hace mínima su respiración y, consecuentemente, su metabolismo disminuye.
- Otra, cuando la fruta aumenta súbitamente su respiración (hasta cinco veces la normal) y metabolismo produciendo el sabor, color y textura óptimos.
Este aumento súbito de la respiración donde se alcanza la plena madurez de la fruta se llama pico climatérico.
Las frutas climatéricas, durante la respiración, producen un compuesto gaseoso, el etileno, que induce el aumento de la respiración.
El etileno también puede aumentar la respiración de otras frutas que aún no la han alcanzado.
A su vez, la aparición de etileno provoca más producción de etileno por lo que el aumento de la respiración se hace de forma explosiva.
De forma natural este proceso sucede en la planta y produce frutas muy sabrosas.
Pero, también se puede inducir artificialmente el pico climatérico en la fruta que se ha recogido antes de que madure y está almacenada.
Las frutas climatéricas son: manzana, pera, melocotón, albaricoque, ciruela, melón, sandía, tomate, aguacate, plátano, kiwi, mango, papaya, higo, guayaba, maracuyá, caqui, chirimoya, guanábana.
Cómo hacer madurar fruta climatérica en casa
La fruta climatérica permite ser recolectada inmadura para mantenerla en mejores condiciones durante el almacenamiento.
Se hace madurar, de forma artificial, con dosis de etileno antes de ser distribuida a los puntos de venta.
Aún así, mucha fruta climatérica no ha alcanzado su punto de sazón cuando llega al supermercado.
Del tal forma que, cuando adquieres una fruta climatérica, aún sin sazonar, puedes aplicar estos conocimientos para hacerla madurar.
¿Cómo?: haciendo que el etileno que produce la fruta al respirar se acumule entorno a las piezas de fruta climatérica inmaduras.
Para ello, coloca en una bolsa de papel, o recipiente cerrado, una fruta climatérica madura junto a las piezas inmaduras.
Por ejemplo: manzana madura con peras inmaduras.
El etileno desprendido por la fruta madura provocará aumento de la respiración y producción de etileno en las frutas inmaduras provocando que maduren.
Pero recuerda:
Sólo conseguirás madurar fruta en casa si se trata de una fruta climatérica
Comentario
Las frutas no climatéricas debes comprarlas maduras para que estén en su punto de sazón.
La fruta no climatérica que hay en los supermercados y grandes superficies suelen estar inmaduras, para mantenerlas sin deterioro.
Sin embargo, en los mercados de barrio o las fruterías si es fácil encontrar todo tipo de frutas maduras, en su punto de sazón.
Igualmente se puede decir con respecto a la adquisición de las frutas climatéricas, aunque su naturaleza te permita hacerlas madurar en casa.