El calor, y más cuando es asfixiante, reduce el apetito de platos calientes, muy suculentos o con mucho cuerpo y muy energéticos.
El verano nos anima a comer de forma ligera y fresca, tomamos más frutas, hortalizas y verduras que el resto del año, en ensaladas, sopas frías, zumos, cremas ligeras, etc.
Es en esta época del año cuando mayor variedad en la oferta de frutas, hortalizas y verduras hay. Así que tenemos más fácil practicar una alimentación saludable, pues podemos aplicar a nuestro menú diario más variedad de alimentos vegetales, a la par que más frescos y maduros.
El verano nos invita además, a cambiar los hábitos invernales por veraniegos, al aire libre: baños, salidas con amigos, vacaciones, fiestas. En fin, más relaciones sociales.
Y ya que cambiamos de hábitos, podríamos utilizar el verano para iniciarnos en practicar una alimentación saludable, o mejor todavía, una dieta saludable e ir avanzando en ella a lo largo de las demás estaciones. La palabra dieta viene del latín diaeta, que a su vez deriva del griego, y significa régimen o estilo de vida. Por eso, a mí me gusta hablar de tener un estilo de vida saludable, como lo es la Dieta Mediterránea.
La Fundación Dieta Mediterránea la describe de la siguiente manera:
La Dieta Mediterránea es un estilo de vida, no solo un patrón alimentario que combina ingredientes de la agricultura local, las recetas y formas de cocinar propias de cada lugar, las comidas compartidas, celebraciones y tradiciones, que unido a la práctica de ejercicio físico moderado pero diario favorecido por un clima benigno completan ese estilo de vida que la ciencia moderna nos invita a adoptar en beneficio de nuestra salud, haciendo de ella un excelente modelo de vida saludable.
Las diez recomendaciones básicas de la Dieta Mediterránea son:
- Utilizar el aceite de oliva como principal grasa de adición
- Consumir alimentos de origen vegetal en abundancia: frutas, verduras, legumbres, champiñones y frutos secos
- El pan y los alimentos procedentes de cereales (pasta, arroz y especialmente sus productos integrales) deberían formar parte de la alimentación diaria
- Los alimentos poco procesados, frescos y de temporada son los más adecuados
- Consumir diariamente productos lácteos, principalmente yogurt y quesos
- La carne roja se tendría que consumir con moderación y si puede ser como parte de guisos y otras recetas. Y las carnes procesadas en cantidades pequeñas y como ingredientes de bocadillos y platos
- Consumir pescado en abundancia y huevos con moderación
- La fruta fresca tendría que ser el postre habitual. Los dulces y pasteles deberían consumirse ocasionalmente
- El agua es la bebida por excelencia en el Mediterráneo. El vino debe tomarse con moderación y durante las comidas
- Realizar actividad física todos los días, ya que es tan importante como comer adecuadamente.
¿Os suenan ya estas recomendaciones verdad? Las hemos estado viendo a lo largo de estos meses al hablar de la Alimentación Saludable y de la Pirámide de la Alimentación.
Yo me apunto a seguir con esta dieta saludable, me gusta tener este estilo de vida. ¿Os animáis vosotros?